Por
Luis Anguiano
Morelos
Cuando
tienes la firme creencia de que eres libre, no te la creas, ¡no es más que una simple ilusión!
Esclavos
de un nuevo orden mundial al servicio de solo un grupo minoritario, que controla al mundo y que de forma perversa han
construido en complicidad con los gobiernos corruptos, un sistema que empobrece
al pueblo, que lo hunde y deshumaniza, principalmente a los mexicanos.
En
la actualidad (año 2017) se han convertido como en el Porfiriato en jugosas tiendas
de raya. Se me
reventó el barzón, y sigue la yunta andando.
Graves
problemas de identidad, de desarraigo y falta unidad social, son
algunas de las cosas que han provocado
Se
han convertido en tiendas de raya, lo mismo que las televisoras con bancos e
instituciones crediticias con abonos chiquitos y contratos amañados de penalización,
con pagos de 36 meses que ahogan a los usuarios que ven pulverizado su salario
y ni que decir de los impuestos y prediales, IVA y la gasolina más cara del
mundo, pagos de servicios como CFE, que abusan del pueblo con lecturas falsas,
incrementos absurdos y amañados donde nunca se puede poner uno al corriente, cambios de medidores sin permiso del usuario,
como si fueran ladrones, contratos que no se cumplen, mochadas para que les
conecten o reconecten. Pero que tal el día
de vencimiento, el corte no se hace esperar, lo mismo ocurre con el deficiente
servicio del agua. Sistema bancario con
tarjetas de crédito, ¿quién lo regula?
Pagos de IVA sobre IVA, prediales y re emplacamientos. Ya nos quitaron la tenencia, pero de nombre,
ahora es pago de derechos, refrendo, placas multas y recargos impagables.
Y
qué decir de la complacencia total para los mercados poderosos trasnacionales
que han ahogado la economía, basta para reírse un poco las tarjetitas que dicen
SUPERAMA 9.95, la COMER 9.90, cuando en nuestro mercado ALM el mismo producto
cuesta 5 pesos menos. Consorcios y
transnacionales que se roban el agua y nos la venden casi al mismo precio de la
gasolina. En los mercados se cuenta con más
y mejores productos para los consumidores, no como estas tiendas
transnacionales.
Pero
quién se ha preocupado por poner al tú por tú a los mercados o engrandecer al
mercado ALM contra esas transaccionales; quién se ha preocupado por abrir más y
mejores espacios, mejores estacionamientos, limpieza, orden, seguridad, ¿Quién,
quién, quién?
Y
qué decir de los valores agregados a los productos de consumo, los estacionamientos
deben estar regulados, después de haberles dejado jugosas cuentas a estas
tiendas, todavía tienen el descaro de cobrar un estacionamiento, y esos 10 cv
de diferencia que supuestamente ahorramos
y que pelean entre ellas nos
cuesta 4 o 5 pesos más; ahí está el caso
claro de las tortillas en estas transnacionales: 12 pesos, y en la tortillería de la colonia,17
pesos; pero ya les pagamos el extra de horror que según nosotros habíamos obtenido
por la compra de la tortilla. Y qué decir de un pan que llegando a casa ya está duro, solo inflado con quien sabe
cuantos productos químicos, y del pan de caja de una empresa única que llega a
durar hasta un mes por tantos conservadores, mejorantes y químicos.
Habrá
que impulsar a nuestras viejas y acabadas panaderías, a las tienditas de abarrotes
de nuestras colonias, a los tendajones; ahí está la diabetes y el cáncer,
sector salud, ahí está, no le busque más. Esa es la permisibilidad en la falta
de compromiso de las instituciones, como en los refrescos monopolizados por
solo dos compañías; pero también nosotros somos cómplices, lo hemos permitido.
Los
consumidores contribuimos a esos comercios rentistas que lo que han provocado,
es obtener más riqueza y borrar del mapa a los comerciantes detallistas y
pequeños negocio familiares. ¡BASTA! ¡YA NO MÁS! Somos consumidores de refresco
y agua embotellada que regulan solamente 2 empresas en México.
Rentismo
y pagos de servicios que empobrecen cada día más al ciudadano y los que pueden
pagar una pensión para auto o moto para asistir al trabajo que afecta directamente
a la economía familiar, escuelas, guarderías, porque tenemos que echar mano de
ellas, porque ambos, hombre y mujer, se han convertido en cabeza de familia
porque no alcanza.
Esclavos
del sistema de comercio permitido por (recordando a El Gran Cómico, Don Jesús
Martínez Palillo) la realeza de políticos
sátrapas, ¡hijos de su…! ¡Pulpos chupeteadores! ¡Sanguijuelas chupa sangre! ¡Cafiespironómicos!
¡Sanjuandeletranescos! ¡Méndigos políticos trinqueteros e insaciables!
Nomás hace 60 años.
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