El EJE CENTRAL DE LA FAMILIA
Por
Felipe Domínguez Alarcón.
Morelos
Agradezco a mi amiga, la Lic. Danae De Negri,
por brindarme la oportunidad de poder expresar algunos pensamientos y
conceptos, desde mi humilde y muy parcial perspectiva, en el blog HOMBRES EN SU
TINTA.
Siendo un poco oportunista y aprovechando el
mes de la mujer, me atrevo a expresar algunas consideraciones sobre la
situación que prevalece en este presente tan convulsionado, y con un futuro
social muy aprensivo. Espero expresarme con claridad y, sobre todo, lo hago con
la mejor de las intenciones, esperando no ser tachado de “misógino”.
Tratando de explicar el porqué de la
situación que impera con relación al descuido de la educación de los hijos y la
desintegración de la familia, considerada desde siempre como el núcleo de la
sociedad, nos remontaremos a la segunda guerra mundial donde por necesidad se
tuvieron que contratar mujeres en la industria, principalmente de USA, por la
ausencia de hombres suficientes al irse éstos al frente de guerra, para cubrir
la producción necesaria. Una vez terminada esta conflagración mundial, los
empresarios y el neoliberalismo económico en boga, pudieron constatar que la
mujer era tanto o más trabajadora que los hombres y con ello generarían algunas
de estas modificaciones del status familiar y productivo:
- Una
gran demanda de trabajo ocasionando que la mano de obra se abaratara.
- La producción estaba garantizada por la
gran responsabilidad femenina demostrada.
- Desde luego las familias al tener doble
ingreso (puesto que dejaba el hombre de ser el único proveedor) fomentarían una
sociedad más consumista.
Una vez establecidas las condiciones se
generaron algunas consecuencias como las siguientes:
-La mujer deja de ser el eje central de la
familia, la que cuidaba del hogar, de la educación de valores como lo venía
haciendo desde la institución de la familia.
-Para que la mujer pueda trabajar surgen las
guarderías, los Cendis, o en algunos casos quedan en manos de los abuelos, tíos
o vecinos, ocasionando que la educación comentada quedara a la deriva o en
manos de especialistas que ya no cubren esa gran carencia generada.
-Al encontrar ahora como compañeros a seres
del sexo opuesto en los espacios de trabajo -esto dicho con respeto-, surgen en
mayor medida los divorcios, las maternidades solteras o paternidades, iniciando
la disolución de la familia tradicional y surge la monoparental.
En nuestro país se otorga el voto femenino en
octubre de 1953, desde entonces se inicia una lucha constante y a veces
marginal para las mujeres, a pesar de ello, han ido avanzando y han ido ocupando
mejores espacios en la vida política y profesional; cierto que han generado
muchas condiciones de progreso social, cultural, etc., sin embargo, ese gran
espacio generado en la familia no se ha podido subsanar y por ello hoy tenemos
jóvenes y niños que están sin la brújula familiar y educativa que los hoy
adultos tuvimos, y que ahora percibimos como una carencia.
No pretendo ser retrógrada, pero hoy los
profesionales, léase como psicólogos, terapeutas, maestros e inclusive los
propios padres, no hemos hecho lo suficiente y dudamos que sustituyamos el
papel de la madre; y más hoy que la información ya no solo llega vía familia o
escuela; hoy los medios de comunicación masiva y las redes sociales juegan un
importante papel en la información y en los actos de conducta en los niños y
jóvenes de esta época.
Las organizaciones como la CNDH Y SEP tienen
una importante papel al generar políticas públicas para tratar de corregir la
situación imperante; sin embargo, en muchos de los casos se erigen como jueces
señalando con índice de fuego cualquier acto que “lesione” física o mentalmente
a los niños, pero que maniatan en ocasiones algún intento de corrección creando
una niñez sobreprotegida; ahora se sienten intocables y los hace en gran medida
irrespetuosos e irresponsables; no dudo que hay casos de abuso, pero habría que
ir más a fondo en casos extremos que sí ameritan la protección de los niños.
En la mayoría de los casos vemos que la
delincuencia atrae y utiliza a jovencitos para que sean sus brazos ejecutores,
por ende, cabrían algunas preguntas dentro de este contexto:
¿Cuál es origen del descuido de estos
jóvenes?
¿Vale la pena ser mejores y más consumistas
anteponiendo la integridad de la familia?
¿Cómo será nuestro futuro si seguimos con
esta inercia?
¿Qué soluciones posibles podrían ayudarnos
para mejorar nuestra sociedad?
Espero despertar inquietud y conciencia con
este trabajo expuesto.
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