lunes, 20 de marzo de 2017

CARLOS DE NEGRI, Más vale pendejo, que ciego

MÁS VALE PENDEJO, QUE CIEGO
Anecdotario de un Pelón con Suerte
Por
Carlos De Negri M.
Morelos

El día de hoy lo pasé con mi hermana y mi sacrosanta madre, fuimos a hacer pagos a una prestigiada tienda y entre ir y venir nos encontramos con unos amigos que tenía muchos años de no ver, más de veinte; él de lo más amable, ella de lo más encantadora, su hija... leyendo un libro; posteriormente nos dispusimos a ingerir algunos alimentos que para qué les cuento: unas papas al horno de lo mejor y un cafecito de lo más aceptable posible, cortesía de mi hermana y de mi madre por hacerla yo de Uber. Después nos dirigimos a ir a dejar a mi madre y luego a mi hermana a una reunión en casa de una amiga en común; la verdad es que tenía ganas de saludarla, y mi hermana me convenció de quedarme un rato. Todo muy bien, todo muy agradable, sin embargo, un joven sujeto que se sentía parido por los dioses, que por cierto canta bien, se puso al tú por tú con un servidor por temas álgidos como es la política; él, por lo que escuché y alcancé a comprender, es funcionario público, yo, un ciudadano común y corriente; él, sujeto de más de treinta, letrado, con astucia, con conocimiento de causa pero también cerrado… Platicamos, nos medimos; con algunas copas su servidor se puede convertir en su peor pesadilla algunas veces, no siempre; pero dicen por ahí que más sabe el diablo por viejo que por diablo;  no supo el sujeto (ni yo) pararle a la discusión política, cosa de lo más sabida por todos, que siempre termina mal, al igual que hablar de futbol... Todos a la expectativa, los ahí reunidos; yo estaba de invitado de la invitada y cedí; el tipo estaba en su postura de don chingón (al igual que yo)... Los ahí reunidos, todos, de posturas políticas diferentes, y muy a mi pesar tuve que doblar las manos y comportarme en casa ajena....y no romperle su medre en gajos... cosa que la verdad no me hubiera gustado...no era pieza; sin embargo, pudo más la prudencia y la sabiduría de los años... A pasar mío tuve que dimitir; por el impulso, en el fondo nada me hubiera gustado más que el tipo se me pusiera… Pero al fin y al cabo fui un invitado... tuve que hacer de tripas corazón y mi hermana tuvo que ponerme en razón...

Yo la regué al responder a esa postura con la mía, que siempre suele defender lo que considera justo... Soy medio imprudente y más al tener unas copas de más... Pero ese no fue el problema, sino que se me rompieron mis lentes, eso me dolió más que si el don chingón me mentara mi madre; me dolió el saber que tengo que pagar para que me los arreglen... No son lentes baratos, me costaron más de cuatro mil pesos, ¡me dolió en el alma! Pero al final entendí algo muy importante: actúa como pendejo y no dejes caer los lentes, más vale quedar como tal, que quedar ciego.
Enviado desde mi iPad


                                                                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Deja tu comentario y suscríbete!