El día de hoy lo pasé con mi hermana y mi
sacrosanta madre, fuimos a hacer pagos a una prestigiada tienda y entre ir y
venir nos encontramos con unos amigos que tenía muchos años de no ver, más de
veinte; él de lo más amable, ella de lo más encantadora, su hija... leyendo un
libro; posteriormente nos dispusimos a ingerir algunos alimentos que para qué
les cuento: unas papas al horno de lo mejor y un cafecito de lo más aceptable
posible, cortesía de mi hermana y de mi madre por hacerla yo de Uber. Después nos
dirigimos a ir a dejar a mi madre y luego a mi hermana a una reunión en casa de
una amiga en común; la verdad es que tenía ganas de saludarla, y mi hermana me
convenció de quedarme un rato. Todo muy bien, todo muy agradable, sin embargo,
un joven sujeto que se sentía parido por los dioses, que por cierto canta bien,
se puso al tú por tú con un servidor por temas álgidos como es la política; él,
por lo que escuché y alcancé a comprender, es funcionario público, yo, un ciudadano
común y corriente; él, sujeto de más de treinta, letrado, con astucia, con
conocimiento de causa pero también cerrado… Platicamos, nos medimos; con
algunas copas su servidor se puede convertir en su peor pesadilla algunas
veces, no siempre; pero dicen por ahí que más sabe el diablo por viejo que por
diablo; no supo el sujeto (ni yo) pararle
a la discusión política, cosa de lo más sabida por todos, que siempre termina
mal, al igual que hablar de futbol... Todos a la expectativa, los ahí reunidos;
yo estaba de invitado de la invitada y cedí; el tipo estaba en su postura de don
chingón (al igual que yo)... Los ahí reunidos, todos, de posturas políticas
diferentes, y muy a mi pesar tuve que doblar las manos y comportarme en casa
ajena....y no romperle su medre en gajos... cosa que la verdad no me hubiera
gustado...no era pieza; sin embargo, pudo más la prudencia y la sabiduría de
los años... A pasar mío tuve que dimitir; por el impulso, en el fondo nada me
hubiera gustado más que el tipo se me pusiera… Pero al fin y al cabo fui un
invitado... tuve que hacer de tripas corazón y mi hermana tuvo que ponerme en
razón...
Yo la regué al responder a esa postura con la mía,
que siempre suele defender lo que considera justo... Soy medio imprudente y más
al tener unas copas de más... Pero ese no fue el problema, sino que se me
rompieron mis lentes, eso me dolió más que si el don chingón me mentara mi madre; me dolió el saber que tengo que
pagar para que me los arreglen... No son lentes baratos, me costaron más de
cuatro mil pesos, ¡me dolió en el alma! Pero al final entendí algo muy
importante: actúa como pendejo y no dejes caer los lentes, más vale quedar como
tal, que quedar ciego.
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