domingo, 19 de marzo de 2017

CHARLES CAROTHERS, Un día antes de empezar

UN DÍA ANTES DE EMPEZAR
Por 
Charles Carothers
Ciudad de México


Como comenté en la participación anterior, a finales de octubre de 2014, me encontraba sin chamba, con una segunda hija recién nacida y con un programa de desintoxicación de 90 días.

Pues bien, aquí les platico algo de esa historia.

El día anterior a iniciar el programa, básicamente fue el día de hacer las compras para contar con los insumos que ocuparíamos los primeros días del programa.

Mi mujer y yo estábamos entre emocionados y preocupados. Nos armamos de valor, hicimos visualizaciones, y repasamos algunas rutinas para poder comer sólo frutas, verduras, tónicos y jugos por 90 días continuos y sin interrupción. Asimismo, creamos un plan de sesiones intercaladas de ejercicio aeróbico y de yoga.

Mi mujer no me lo dijo, pero para ella también fue muy difícil. Ella sólo tenía unos kilitos de más. Sé que lo hizo por mí. Me quiso apoyar. Aunque también la noté convencida de llevar este programa. Estaba consciente de que si seguíamos comiendo como lo hacíamos, nuestro cuerpo tarde o temprano, nos pasaría la factura. ¡Y con dos hermosas hijas tan pequeñas y dependientes de nosotros… Mejor nos decidimos en ponernos las pilas!

Quiero hacer la siguiente aclaración:

La dieta alcalina no es una dieta que se relaciona con la alimentación baja en grasas o en carbohidratos, sino que propone una nutrición para adelgazar, elevar el nivel de energía y ayudar a evitar problemas de salud, por medio del equilibrio ácido/alcalino.

Y los 90 días corresponden a un programa de DESINTOXICACIÓN. Esto le permite al organismo tomar un descanso. Limpiarse y regenerarse. Como cuando de niños nos caímos jugando y nos raspábamos los codos o rodillas; mientras no tocáramos la herida, sólo había que esperar unos días para sanar.

Después de los 90 días es posible, si así se desea, volver a comer carne, pollo y huevos, claro que con menor frecuencia, en menor cantidad y mejor calidad. Poder comer pan, chocolate y granola, de preferencia, elaborados en casa.

Con todo esto en mente nos fuimos a dormir con la certeza de que lo que estábamos por iniciar al día siguiente, cambiaría nuestras vidas.

Me quiero despedir citando 2 aforismos de Hipócrates, que en ese momento mi hicieron mucho sentido:

“A enfermedades extremas, remedios heroicos, excelentes y bien administrados.”

“Cuando la enfermedad en su vigor estuviere, es menester usar del régimen más riguroso.”

En la siguiente participación tendré oportunidad de contarles más sobre este programa y sobre lo que hice con mi vida laboral y como papá, ahora de 2 niñas, en ese segundo semestre del 2014.


Gracias.

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