martes, 28 de marzo de 2017

FELIPE DOMÍNGUEZ: Poderoso caballero es don dinero...






PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO
O ¿FIN DEL POLITEISMO?

Por
Felipe Domínguez



Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.

Qué pues doblón o sencillo,
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero es don dinero.

(F. de Quevedo. 1580-1645.)


Max Weber (1864-1920), filósofo y sociólogo alemán, decía que al fin la humanidad ha logrado llegar al monoteísmo absoluto al tener un solo dios, “el dinero”.

Pensamiento apropiado para los tiempos que vivimos, desgraciadamente para la mayoría prevalece más el interés por el dinero, que por sobre su educación, su cultura y su ideología, si es que se tuvo alguna vez, o solo se simuló tenerla para acceder fácilmente al dinero público o privado.

Hoy es “mejor “buscar acceder al dinero fácil, no importa si es en perjuicio de alguien o de la sociedad.

Hoy no importa si elaboro algún producto con componentes de menor calidad o si va a perjudicar al consumidor, lo que importa es que mis ganancias sean mayores.

Qué importa si vendo un artículo plagiado en perjuicio del autor, lo que importa es que me dé mejores ganancias.

Esta práctica no es privativa de algún estrato o grupo social, este fenómeno se da entre la gente común y corriente con pequeñas tranzas hasta con los empresarios que hacen las grandes negocios, como el caso de ODEBRECHT, FOBAPROA O LOS ACUERDOS CUPULARES PARA LA CONDONACIÓN DE IMPUESTOS HACENDARIOS.

El dinero compra conciencias, compra voluntades, compra dignidades, compra la justicia y seguramente tenemos muchos más ejemplos.

Para el caso del crimen organizado, existe porque se fortalece con dinero “fácil”, si tienen en su línea de operación la venta de estupefacientes y no les es suficiente, está la extorsión o el secuestro; lo importante no es saber a quién daño o a quién perjudico; lo importante es que cada vez acumule más dinero, más riqueza y así sea más temido, más respetado y más poderoso.

Se dice que es más difícil administrar correctamente el dinero público que el dinero propio, esto sería lo  ideal en un ámbito que por orden social hubiese valores y respeto por parte del individuo que lo administra o de parte de las instituciones encargadas de vigilar el uso correcto y adecuado de la hacienda pública, sin embargo, hoy haciendo real el pensamiento de Max Webwer, tanto individuos como instituciones hacen de esa responsabilidad una distorsión que se permiten el uso discrecional del dinero público sin ningún remordimiento o temor a ser sancionados porque hoy la impunidad es la imperante.

Los niños y jóvenes que se dedican al deporte sueñan algún día ser como sus ídolos, sea en el futbol: Ronaldo, Messi, El Chicharito, Rafa Márquez o Hugo Sánchez; si de basquetbol se tratara sueñan con ser un Pipen o un Jordan o tal vez un Usaín Bolt o un Roger Federer. ¿Si de política se tratase en quiénes se quisieran ver reflejados los jóvenes e incipientes políticos? ¿Quiénes serían sus ídolos? ¿De acuerdo a sus principios y valores, tal vez un Martin Luther King, un Gandhi, o un Che Guevara, o caso contrario entre nuestros políticos ¿un Salinas? ¿Un Duarte? ¿O cualquier político que se ha enriquecido sin tener un castigo por sus actos y que el manto de la impunidad los permea y protege?  Y que también pueden ser un modelo a imitar o seguir…

En fin, nosotros, la sociedad, somos los que con nuestros actos vamos poco a poco haciendo la trama del tejido social, y hoy somos todos responsables en mínima o gran medida de los acontecimientos que día a día padecemos o disfrutamos; sin embargo, nos hemos dejado deslizar por el tobogán de la decadencia moral, política y social, en el cual, entre más vamos avanzando,  más difícil se nos irá haciendo detenernos y frenar esta caída que podría ser tan estrepitosa, que bien podríamos regresar a la total y absoluta barbarie.

Nunca será demasiado tarde, baste que lleguemos al hartazgo de toda esta descomposición social, y por fin nos decidamos a empezar con nosotros mismos, con nuestra familia como en la fábula del pajarito que quería apagar el incendio del bosque con la gotita de agua que llevaba en su piquito.


Quien fuere en la vida cero
no tendrá un amigo, Andrés:
si el dinero amigo es,
sé amigo tú del dinero.
Mejor que un peso, ten dos,
no hagas mal por egoísmo,
y duda hasta de ti mismo,
vete, y... ¡bendígate Dios!


Fragmento “La voz del invalido”, de Antonio Plaza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Deja tu comentario y suscríbete!