Crear un espacio para que la
otredad exprese lo que piensa y siente, era un compromiso moral, y también, por
qué no decirlo, una curiosidad.
“Ellos”, en su particularidad, coinciden conmigo de una u
otra manera: somos buscadores de algo más allá de lo obvio y cotidiano, aportamos
un poco o un mucho a la reconstrucción de nuestro entorno integralmente;
nuestras palabras resuenan en la morada de las redes sociales y fuera de ellas,
con énfasis y determinación; pretendemos lo que sea, y ciertas veces -algunas
más, algunas menos- logramos el cometido, pero siempre humanamente, sin género,
con pluralidad e inclusión.
Aperturar este espacio en el que los hombres puedan manifestar lo que hay dentro del ente humano sin prejuicios, temores o dudas, es un logro que permite mostrarlos como son: como nosotras, emotivos y con criterio propio.
Leer las palabras de la
diversidad constituida como hombre, suena atractivo, pues son escasos los espacios
en donde ellos pueden hablar de “sus cosas”, sin tapujos ni competencias; sin cansadas
ni falsas poses, con honestidad; inclusive de manera sensible; mostrando la
otra cara de esos compañeros de vida, que andan por ahí, entre nosotras,
perdidos de pronto, en la vorágine de la vida.
Creé MujereSonrientes (http://mujeresonrientes.blogspot.mx)
mucho antes, en el 2009, con la finalidad de que las mujeres pudiéramos contar
desde el yo, frente a nuestro espejo y de cara al sol, lo que vivimos y
sentimos, lo que padecemos y gozamos, lo que necesitamos y repudiamos; lo que
nos motiva y nos apasiona, siempre en pro del derecho a expresarnos.
Hoy presento Hombres en su Tinta, con una similar
intención: la de abrir la puerta a esos hombres que tienen mucho que contar
más allá de sexismos y con la pluma entre las manos; para conocerlos desde otra
óptica y disfrutarlos a través de sus vivencias, con el mismo respeto que
nosotras merecemos.
Yo, la mujer, los acompaño en el proceso.
¡Bienvenidos!
Danae De Negri
¡Ah bárbara! ¡¡¡Pues entonces nos acompañamos, queridísima Danae!!!
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