viernes, 7 de abril de 2017

FELIPE DOMÍNGUEZ, De ayer a hoy, ¿hay diferencia?





¿DE AYER A HOY HAY DIFERENCIA?

Por
Felipe Domínguez
Morelos


Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, generoso estafador.
¡todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplausos ni escalafón, los inmorales nos han igualao. 

(Fragmento, E. Santos Discepolo en1934 escribe el tango CAMBALACHE.)


Hay un sinnúmero de ejemplos de hombres que han escrito novelas, obras de teatro, parodias o tratados de filosofía o sociología que han trascendido al paso de los siglos porque sus conceptos o pensamientos sobre del comportamiento humano siguen vigentes, por ello, ¿porque extrañarnos de lo que hoy vivimos? Si solo hemos sido los constructores sociales de nuestro deplorable presente.

Hagamos un comparativo en retrospección y veremos que seguimos tan vigentes como hace siglos.

Hoy la sociedad está inundada de gobernantes deshonestos, empresarios voraces, políticos demagogos y vividores, líderes sociales embaucadores, los falsos redentores, los salvadores del pueblo, los comerciantes oportunistas, los líderes gremiales simuladores y entregados al patrón y desde luego nosotros los ciudadanos que vamos a “Dios rogando y con el mazo dando”, etc.

Este párrafo me hace recordar un pasaje del best seller de Taylor Coldwell en “La columna de Hierro”, donde, siendo llamado Marco Tulio Cicerón ante el Senador Craso para hacer algunas aclaraciones por su crítica aguda, constante y pertinaz en contra del emperador y del senado -porque él veía que si no cambiaban las cosas la decadencia de la república era inevitable-, el Senador Craso le pregunta a Cicerón: ¿dime si los senadores estarían dispuestos a ceder sus dietas, sus villas, sus mujeres y todos los privilegios que hoy disfrutan por el bien de la República? A lo que Cicerón responde: no lo creo señor, dime si los empresarios que elaboran las armas, los escudos, las espadas, los sables, etc. ¿Cederían parte de sus ganancias por el bien de la República? Nuevamente Cicerón responde: no lo creo señor, ahora dime, si los comerciantes por el bien de la República ¿cederían parte de sus ganancias? Cicerón responde: no señor. Craso le dice: veamos a los campesinos como el estrato social más bajo, ¿crees que los campesinos estén dispuestos a renunciar o ceder parte de sus programas para el campo por el bien de la República? Abrumado Cicerón nuevamente responde: no lo creo señor. Entonces de manera rotunda, Craso, ante todas las respuestas vertidas por Cicerón sentencia: si el emperador, los senadores, los empresarios, los comerciantes y los campesinos no quieren ceder parte de sus ganancias, ni cambiar el status social y económico en el que se encuentran, ¿por qué habríamos de cambiar todos nada más porque un individuo desubicado y soñador  anda pregonando la supuesta caída de la República?

Ahora hagamos un comparativo entre pasajes y personajes históricos con momentos y personajes de la actualidad, y que esto nos haga reflexionar sobre una cruda y real situación en la que nos encontramos en cuanto a la falta de valores éticos, morales y solidarios en una época en que la ciencia y la tecnología avanza a pasos agigantados; donde ya se exploran nuevas formas de vida, nuevos planetas; donde podamos habitar como si estuviéramos predispuestos a destruir y acabar con el nuestro, mientras que el “ser” humano avanza tan lento, pero tan lento, que tal parece que aún no hemos alcanzado a salir de las cavernas donde el hombre explota al hombre por el hambre, y las debilidades humanas cada vez son más “fuertes”…

 ¿Cuándo llegará el día en que vayan a la par 
ciencia y humanismo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Deja tu comentario y suscríbete!