COCINAR
Por
Daniel
Zetina
Morelos
@DanieloZetina
“Un
adulto que no sabe cocinar es un adolescente más”, le dije a un amigo que no
cocinaba, porque de eso se encargaba su mujer (además de criar a los hijos y
trabajar, claro). Me molestó su conformismo de género. Es decir, que por ser
hombre, no tenía la obligación de cocinar. ¿Será cierto?
Creo que los hombres, como las
mujeres, en nuestra época tendemos a la independencia y la interdependencia.
Las mujeres han conquistado sus derechos (ya eran suyos) en la práctica. Pero muchos
hombres aún no reconocen todos sus derechos y obligaciones o se hacen concha.
¿Por qué cocinar? Más bien, ¿por qué
no hacerlo? Es algo básico, fundamental, mínimo del ser humano: comer. Y ser
autosuficiente para ello es algo básico. Algo tan cotidiano que no debería
depender de nadie más que de uno mismo.
Quien no sabe cocinar no enseña a
comer. Mi amigo es papá de dos niños. Si él no sabe comer, menos podrá enseñar
a que sus críos lo hagan de la mejor forma. Seguimos siendo punteros en
obesidad infantil en México (gordos desnutridos como suele decirse).
Quien no cocina, gasta más, no solo
dinero directo, sino que hace más gastos en salud (enfermedad), y gasta tiempo
valioso en buscar quién le cocine o dónde comer. Cabe recordar que cuando
cocinas, comes lo que quieres y cuando quieres.
Quien no cocina no sabe servir. Esto
lo aprendí en la cocina de mi abuela, que pasaba días cocinando con el único
fin de compartir la comida. La mayoría de las veces ella no comía por su
estricta dieta, sin embargo, no privaba a su familia y conocidos de sus
excentricidades gastronómicas (ella era de Guerrero).
Quizás muchos hombres piensan que siempre
hay algo más importante que aprender a cocinar-comer-compartir, como… por
ejemplo… en fin. Y muchos, lo he comprobado, aún viven en la esclavitud del
machismo, que les impide verse como mujeres al entrar en una cocina o saber
diferenciar entre una pala y una cuchara.
Habrá
hombres de mucha equidad que no cocinen, es una posibilidad, pero de eso no he
visto. Además, comer no solo es ingerir alimentos. Tiene que ver con la experiencia
de los olores, texturas, sabores, recetas, tradiciones, historias. En fin.
Pero hay ventajas de cocinar: quien
cocina es saludable o puede serlo más que quien no lo hace, es mi opinión.
Quizás tu autoestima está deteriorada, pero sabes cuando tu cuerpo te dice que
fue suficiente alimento aunque trates de engañarlo.
Además, una de las mejores maneras
de entender la economía (y de enseñarla) es el mercado, las compras. Asimismo,
en la cocina se aplican las matemáticas de forma divertida y real. La biología,
la química, el calor y diversos temas de las ciencias en la educación básica
igual están presentes.
Cocinar es amor, amor propio y a los
demás. Cocina es conocimiento, generosidad, alegría, salud. ¿Por qué no
hacerlo? Alguien con quien compartí la vida no disfrutaba casi ninguna de mis
creaciones culinarias, dolía, pero eso es otra cosa y muy respetable, pues en
gustos se rompen platos. Había amor, pero no el mismo paladar.
¿Aún crees que la cocina es para
mujeres? ¿Consideras que si nadie te enseñó a cocinar no podrás hacerlo nunca?
Siempre habrá tiempo para aprender, comer mejor y aprender algo nuevo a través
de la cocina. Inténtalo, aunque seas muy macho.
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