lunes, 15 de mayo de 2017

EDGARY VÁZQUEZ, De profes y estudiantes


DE PROFES Y ESTUDIANTES
Por
Edgary Vázquez
Morelos

Llegamos a la casa del ingeniero al cuarto para las 7 de la mañana, del domingo previo al 15 de mayo. Sí que vivía muy humilde, su casa era de madera con techo de lámina, su taxi estaba estacionado en la calle sin pavimentar y lo que suponemos era su perro, impidió que nos acercáramos más. Tocamos en el alambrado y gritando le llamamos por su nombre.
-¡Cállate, Sansón!- escuchamos que le gritaban al perro desde adentro de la vivienda.
-¡Ing. Severo, muy buenos días!- Gritó Leonardo. -¡Venimos a saludarlo!-
Se movió una cortina al interior de su hogar y vimos que se asomó.  -¡Voy!, ¡ahí voy!- gritó.
-Ya que salió, despeinado, en short, con una camiseta sin mangas y frotándose los ojos, lo primero que nos dijo fue: -¿Vienen borrachos o muy borrachos muchachos? ¿Cómo supieron donde vivo?-                 
-No profe,- se adelantó a decir Leonardo,- ¿Cómo cree?, sólo pasamos a saludarlo y a entregarle este regalo por el día del maestro, no queríamos que nadie se nos adelantara.-
El Profesor vio la botella y abrió los ojos de golpe. -¡A caray!, esta es de las buenas muchachos. Espero no la hayan robado y los venga siguiendo la tira.-
-¡No profe!, ¿qué paso? - Mencionamos todos al mismo tiempo como si nos hubiésemos puesto de acuerdo.
-Pues gracias, hoy mismo le voy a dar bajín- respondió el ingeniero- Pues, les gradezco mucho… (silencio incomodo por varios  - muchos - minutos). Y continuó: -Pues, si no hay otra cosa que tratar, voy a regresar a dormir.-
-Si, ingeniero -dijo Omar- Sólo, aprovechando que estamos aquí, queríamos preguntar de los exámenes, cómo vamos o cómo hemos salido, si nos puede echar la mano o…-
El profesor le interrumpió levantando la mano y llevándose el índice a la boca, diciendo: -A ver muchachos, ustedes ya saben cómo son las reglas del juego, esto no cambia ni modifica nada, y si creen que con esta botella me están comprando para salir bien de la prepa…-
-¡No, no, ¡de ninguna manera!- Volvimos a mencionar todos- Es un regalo, por su labor y por enseñarnos. Ya sabe, su dedicación, entrega, entusiasmo…-
-De acuerdo, está bien, de todas maneras, no la pensaba devolver. No por otra cosa, si no por no hacerles una grosería.-
-(…. Hijo de su… macarena jefa, ¡ya nos la aplicó!).
Dicho esto, se despidió de nosotros, se metió a su casa con la botella en   la mano y nos dejó ahí, perplejos y sin saber qué hacer, ante la mirada curiosa de Sansón.
-¿Y ahora?- dijo por fin Agustín- ¿Qué hacemos o qué sigue?-
-Nada- respondió Leonardo- Cada quien a su casa, ya mañana vemos qué pex, a estudiar para sus méndigos exámenes, supongo-
-Sí, creo es lo mejor -dijo Omar-, yo voy a ver si me puedo dormir otro rato. ¡Ahí se ven!-
-  Sí… -contestó Efraín con la mirada en el vacío- No creo que realmente quiera que aprendamos, lo que quiere es jodernos y que reprobemos. ¡Cómo odio a ese desgraciado viejo miserable! ¡Con sus estúpidos problemas y derivadas y límites y las integrales y… todas esas fregaderas que de nada sirven!-
-Si también lo he pensado. No tengo ni idea de cómo voy en su materia-
-Vas bien, Toño, tú sabes de eso. Tú y Leonardo no tienen de qué preocuparse, perdidos los demás que no sabemos nada de su clase-
-Jodidos el “Zigua” y su banda, ellos sí de plano están por la calle de la amargura. No saben ni siquiera cuanto es 7 por 3 sin utilizar una calculadora. -Respondí tratando de animar a mi amigo-
- ¡Jajajajaja!- Efraín se empezó a reír con ganas y desenfrenadamente. Sí, es cierto, ¡los idiotas no saben ni multiplicar!- dijo riéndose abiertamente.
- No te preocupes mi Efra, sabes que te voy a seguir apoyando con los exámenes, sólo siéntate atrás o a un lado y ya con eso.
- Gracias carnalito- Nos despedimos con un apretón de manos, un abrazo y me dirigí a casa, preguntándome si estaría en problemas. ¿Mis padres habrán notado que me salí desde la madrugada? ¿Es a esto a lo que se refieren de ver en qué esquina tendré que vender tamales?. ¿Escogen a los más sádicos para dar clases de matemáticas o cómo va el asunto?-
Con estas y miles más de interrogantes sin responder, emprendí el largo camino a casa ante el fracaso de nuestra misión… Ni hablar…

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