¡NO COMI EN UNA SEMANA!
Por
Eduardo Robles
Morelos
No comí en una semana, después de un gran festín y charla con mi
compadre, el banquete pasó factura. Un malestar impresionante, que sumado al
mínimo espectro de dolor masculino, resulto del personal diagnostico de una
infección en el riñón al veredicto del galeno que sentenció: una sencilla
inflamación en el intestino.
Pero después de una semana a base de té y verdura, siento el deber de
compartir mi experiencia. ¡Seguiré comiendo!, solo que ahora intentaré
mesurarme con las grasas, los irritantes y los lácteos…. ¡vaya! que complejo,
pero veamos que sucede.
El médico que me conoce desde recién nacido, me recomendó que sumado al
buen comer, debo también dejar un poco la cuadratura de mi vida. Así que he
decidido romper la rutina, ¿cual rutina?, simplemente toda aquella que en lugar
de sumar, resté.
Por ejemplo: despertar después de un sueño reparador, tomar una buena ducha
con música de mi gusto, dar un paseo por las calles de mi Ciudad… en fin,
tantas cosas simples qué más allá de ser costosas, son exquisitas para el alma.
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