lunes, 15 de mayo de 2017

EDGARY VÁZQUEZ, De profes y estudiantes


DE PROFES Y ESTUDIANTES
Por
Edgary Vázquez
Morelos

Llegamos a la casa del ingeniero al cuarto para las 7 de la mañana, del domingo previo al 15 de mayo. Sí que vivía muy humilde, su casa era de madera con techo de lámina, su taxi estaba estacionado en la calle sin pavimentar y lo que suponemos era su perro, impidió que nos acercáramos más. Tocamos en el alambrado y gritando le llamamos por su nombre.
-¡Cállate, Sansón!- escuchamos que le gritaban al perro desde adentro de la vivienda.
-¡Ing. Severo, muy buenos días!- Gritó Leonardo. -¡Venimos a saludarlo!-
Se movió una cortina al interior de su hogar y vimos que se asomó.  -¡Voy!, ¡ahí voy!- gritó.
-Ya que salió, despeinado, en short, con una camiseta sin mangas y frotándose los ojos, lo primero que nos dijo fue: -¿Vienen borrachos o muy borrachos muchachos? ¿Cómo supieron donde vivo?-                 
-No profe,- se adelantó a decir Leonardo,- ¿Cómo cree?, sólo pasamos a saludarlo y a entregarle este regalo por el día del maestro, no queríamos que nadie se nos adelantara.-
El Profesor vio la botella y abrió los ojos de golpe. -¡A caray!, esta es de las buenas muchachos. Espero no la hayan robado y los venga siguiendo la tira.-
-¡No profe!, ¿qué paso? - Mencionamos todos al mismo tiempo como si nos hubiésemos puesto de acuerdo.
-Pues gracias, hoy mismo le voy a dar bajín- respondió el ingeniero- Pues, les gradezco mucho… (silencio incomodo por varios  - muchos - minutos). Y continuó: -Pues, si no hay otra cosa que tratar, voy a regresar a dormir.-
-Si, ingeniero -dijo Omar- Sólo, aprovechando que estamos aquí, queríamos preguntar de los exámenes, cómo vamos o cómo hemos salido, si nos puede echar la mano o…-
El profesor le interrumpió levantando la mano y llevándose el índice a la boca, diciendo: -A ver muchachos, ustedes ya saben cómo son las reglas del juego, esto no cambia ni modifica nada, y si creen que con esta botella me están comprando para salir bien de la prepa…-
-¡No, no, ¡de ninguna manera!- Volvimos a mencionar todos- Es un regalo, por su labor y por enseñarnos. Ya sabe, su dedicación, entrega, entusiasmo…-
-De acuerdo, está bien, de todas maneras, no la pensaba devolver. No por otra cosa, si no por no hacerles una grosería.-
-(…. Hijo de su… macarena jefa, ¡ya nos la aplicó!).
Dicho esto, se despidió de nosotros, se metió a su casa con la botella en   la mano y nos dejó ahí, perplejos y sin saber qué hacer, ante la mirada curiosa de Sansón.
-¿Y ahora?- dijo por fin Agustín- ¿Qué hacemos o qué sigue?-
-Nada- respondió Leonardo- Cada quien a su casa, ya mañana vemos qué pex, a estudiar para sus méndigos exámenes, supongo-
-Sí, creo es lo mejor -dijo Omar-, yo voy a ver si me puedo dormir otro rato. ¡Ahí se ven!-
-  Sí… -contestó Efraín con la mirada en el vacío- No creo que realmente quiera que aprendamos, lo que quiere es jodernos y que reprobemos. ¡Cómo odio a ese desgraciado viejo miserable! ¡Con sus estúpidos problemas y derivadas y límites y las integrales y… todas esas fregaderas que de nada sirven!-
-Si también lo he pensado. No tengo ni idea de cómo voy en su materia-
-Vas bien, Toño, tú sabes de eso. Tú y Leonardo no tienen de qué preocuparse, perdidos los demás que no sabemos nada de su clase-
-Jodidos el “Zigua” y su banda, ellos sí de plano están por la calle de la amargura. No saben ni siquiera cuanto es 7 por 3 sin utilizar una calculadora. -Respondí tratando de animar a mi amigo-
- ¡Jajajajaja!- Efraín se empezó a reír con ganas y desenfrenadamente. Sí, es cierto, ¡los idiotas no saben ni multiplicar!- dijo riéndose abiertamente.
- No te preocupes mi Efra, sabes que te voy a seguir apoyando con los exámenes, sólo siéntate atrás o a un lado y ya con eso.
- Gracias carnalito- Nos despedimos con un apretón de manos, un abrazo y me dirigí a casa, preguntándome si estaría en problemas. ¿Mis padres habrán notado que me salí desde la madrugada? ¿Es a esto a lo que se refieren de ver en qué esquina tendré que vender tamales?. ¿Escogen a los más sádicos para dar clases de matemáticas o cómo va el asunto?-
Con estas y miles más de interrogantes sin responder, emprendí el largo camino a casa ante el fracaso de nuestra misión… Ni hablar…

SERGIO CONDE, A la basura




A LA BASURA
Por:
Sergio F Conde
Morelos

¡Qué bonito está el jardín!
Cuántas rosas, el pasto, la fuente… y allá atrás el gallinero.
¿Qué está saliendo de ese hoyo que hasta mueve la tierra y el pasto?
Ya sacó nariz y orejas…
¡Qué bonito conejote gris!
Son muy chistosos, de orejas chiquitas… Cola redonda, delgada y sin pelo…
Se ve muy gracioso sentado en dos patas…
Se lleva la comida a la boca con sus patitas delanteras…
Ya se fue corriendo hasta el gallinero…
¡Qué puntería y habilidad la de papá!
Desde acá le aventó el martillo y lo mató.
¡Bravo papá! ¡Hoy comeremos conejo, ¿verdad?!
¡Qué conejo ni que conejo!
¡Dile a tu madre que lleve la rata muerta a la basura!



jueves, 11 de mayo de 2017

CARLOS DE NEGRI, ¡Recapaciten, pecadores!


¡RECAPACITEN, PECADORES!
Por
Carlos De Negri M.
Morelos

Por motivos de la semana mayor y por mi memoria de mantequilla, no pude escribir nada relevante o de algún interés público, pero ya entrados en el tema de la reciente Semana Santa, vienen a mi memoria esos días de guardar; aunque no soy muy católico que digamos, percibo que ya casi no se respetan esos días... todo es puro guateque, antros, albercadas, acapulcazo.... ya no hay respeto por esa costumbre . Yo , por regla general y por estar metido en mi chip, no salgo los viernes santos ya que se supone que es el día en que crucifican a Jesús de Nazaret; tan ha de ser cierto, que hasta el sol se oculta y corren fuertes ventiscas, pero eso no es impedimento para que  la gran mayoría goce de unos buenos tragos y un refrescante chapuzón en cálidas aguas (por los variados y trémulos riñones de los visitantes). El sábado de Gloria ya es otro cantar, ahí sí hay que festejar.

Dejamos de lado lo espiritual y demos paso a los instintos del puerco, pero antes, ¿cuántos de ustedes fueron a misa?  Lo pregunto porque yo no fui.... sólo una rápida persignada y ya. Veamos un poco más de este aspecto, recuerden, China y Rusia pueden en cualquier momento lanzar sus poderosas armas hacia nuestro vecino estadounidense, y acabar con medio planeta... ¡Recapaciten pecadores! ¡El mundo se puede acabar! De ser así, ¡yo me voy a Mérida!

Enviado desde mi iPad

martes, 9 de mayo de 2017

EL GÜERO KARL, Yo no soy feminista... yo soy un "macho"


YO NO SOY FEMINISTA... YO SOY UN “MACHO” MÁS...
NO ES UNA MUJER, SOMOS TODAS.
Por
El Güero Karl 
Morelos

Leo en los muros diversas formas de “apoyo” hacia la mujer, por parte de compañeros que dicen ser “feministas” y de darle valor a los movimientos de las mujeres. Dicen algunos que quieren seguridad para ellas porque también tienen hermanas, tienen sobrinas, tías, madres. ¿Pero eso nos da valor para unirnos a una causa que es tan lejana para nosotros, los varones, como la discusión acerca del aborto?

La problemática no va a detenerse sólo porque sean primos, hermanos, o hijos de una mujer. Ese no es el tuétano del problema. Eso lo acrecenta. ¿Es necesario que de nuevo, desde nuestro ideario machista, tengamos que “proteger” a las mujeres sólo porque tenemos familiares femeninas? No, señores.

A las mujeres no hay que protegerlas, ellas no necesita de ti, ni de mí. Lo que necesitan es que erradiquemos de nuestras costumbres, esa falsa idea de que por ser mujeres, son “el sexo débil”, y tenemos que cuidarlas. Para nada.

Las mujeres deben poder tener la misma seguridad que siento yo cuando camino por la calle, sin que sientan miedo de que cuando pase un automóvil puedan secuestrarlas, violarlas y matarlas. Y además, sin justicia ejecutada. Una anónima más, asesinada en nuestra UNAM. ¿Cuántas más sin nombre?

Son ese “sexo débil”, campeonas de tae-kwon-do, capaces de ganar maratones que a cualquier mortal nos haría llegar al hospital; son las que ganan presidencias, premios científicos y literarios. ¿Son ellas a las que debemos proteger? O es acaso que debemos entender que lo que necesitan es un espacio libre de violencia contra ellas; que por ser mujeres, no han sido, no son, ni serán, menos que un hombre.

No necesitamos seguir siendo los “machitos” que nos hicieron creer en nuestras casas; no tenemos que seguir los lineamientos del cine gringo en donde por más insistir, más probable es que nos pelen. “No, es no”. ¿Tú no te molestas cuando alguien no te deja en paz? “No hagas lo que no quieras que te hagan”, me repitió hasta el cansancio mi madre.

Yo no respeto a las mujeres por el hecho de ser hijo de una de ellas, o por tener una hermana, una tía, sobrinas, primas, amigas. Yo respeto a las mujeres porque son mi igual, porque merecen el mismo respeto que merezco yo, y no demerito sus movimientos ni sus acciones (que erróneamente a veces me atrevo a criticar).

Me encanta que se movilicen, que se organicen para luchar por lo que les hemos arrebatado: una equidad de justicia, de valores, entre hombres y mujeres. Nótese la amplitud de los términos. Me entristece que  tengan que movilizarse porque no se les respeta. Porque nos dijeron que no a darnos su teléfono, porque nos dijeron que no, a salir con nosotros, porque hay un sin fin de excusas que yo como “machito” puedo dar. ¿Por esas tonterías (o por  lo que sea) las matamos?

Y sin embargo, a pesar de nuestro “pseudo-feminismo” las seguimos matando todos; no sólo el asesino, sino cada uno de nosotros que es incapaz de meterse en la cabeza que las mujeres no son objetos ni propiedad de nadie, sino de sí mismas. Porque creemos que tomarle una foto a sus piernas “no le hace daño a nadie”, porque también las incineramos cuando les das un arrimón en el vagón de metro, pero te molestas cuando alguien te lo da a ti. ¿Quién nos dio el derecho a poder responder a la agresión hacia nosotros, pero no hacia ellas?

No es feminismo (desde el hombre) ese en el que creemos que tenemos que cuidar a las mujeres, es ese en donde yo, varón, entiendo que ellas, mujeres, deben tener la misma igualdad de seguridad que yo exijo. Es en donde ellas pueden caminar por la calle sin que yo haga comentarios obscenos acerca de sus cuerpos. Es cuando yo entiendo que ellas son mi igual, pero diferente; que no soy nadie para decirles cómo deben vestirse, ni si son provocativas o recatadas, no es de mi interés hasta que no me lo pregunten.
No es cuando sigo criticando que quieren hacer movimientos separatistas cuando salen a las calles a luchar. Pero es feminismo cuando a pesar de que no quieren que esté en el contingente con ellas durante la marcha, busco maneras de cambiar también desde mi hogar.

En fin, yo no sé qué sea el feminismo, yo no sé qué sea el feminicidio, yo no entiendo por qué mi computadora me corrige feminicidio por feminidad; pero lo que sí entiendo y me avergüenza como “hombre” que soy, es que tenga que hacer falta uno para poder erradicar al otro. Porque soy yo, hombre, el que sigue creyendo que el feminismo es un movimiento innecesario cuando cada día mueren más de siete mujeres, con extrema violencia. “Es que nada ganan saliendo a marchar, tengo que llegar a mi trabajo”.

Mujeres, luchen por su igualdad. Aprópiense de los espacios y de su lucha, no nos dejen de lado a quienes queremos acompañarlas.  No nos dejen apropiarnos de sus espacios, pero inclúyanos para que entendamos qué es lo que piensan y qué es lo que quieren. No están solas.  Y si nos pasamos de listos queriendo liderar un movimiento ajeno, recuérdenos que luchamos a un lado tuyo. Nunca contra ustedes.

Yo no quiero continuar estudiando con el miedo de que una tras otra, las compañeras, vayan desapareciendo. No quiero que en la Universidad, asistan con el pánico de si van a regresar a casa, o no. ¿En dónde quedó la seguridad? ¡Qué ciegas nuestras autoridades! ¡Que ausente nuestro rector!

¡Queremos respuestas, y las queremos hoy!

EDGARY VÁZQUEZ, Lunes... ¡arghhh!




LUNES…¡¡¡ARGHHHH!!!
Por 
Edgary Vázquez
Morelos

-          No te creo pancho, no puede ser así.
-          Es la verdad Carmen, te lo aseguro, desde siempre, desde niño, desde que recuerdo, los lunes son una pesadilla y una maldición en mi vida.
-          Jajajajjajja, ¡si claro!, me vas  a decir que eres como el gato ese que odia los lunes, jajajjaja
-          Búrlate, búrlate…anda, sí… se supone eres mi amiga.
-          ¡Ay, ya!, no seas llorón. Ok, supongamos que es cierto. Supongamos te creo. ¡Supongamos!, que todo es desgracia para ti por el simple hecho de que sales a enfrentarte al mundo en el ¡terrorífico lunes!.
-          ¿Ya acabaste?. ¿qué sigue?. Carmen, yo…créeme que trato de que no sea así; pero, cada lunes, siempre, pasa algo, no importa lo que haga, es….
-          Ok, va; mira, intentemos esto. Mañana es lunes; inicia pensando que es martes por ejemplo, un día diferente. Cambia tu rutina, la mentalidad, algo, lo que sea, con tal de que no pases por lo mismo; y pancho, no dramatices, ni te enganches ni pienses o te sugestiones. ¿Ok?. Cuídate corazón, te quiero, mañana en la noche márcame y me dices como te fue.
-          Cambiar de mentalidad. Pensar que no es lunes. Intentar otra cosa.

Observo como se aleja mi amiga y me quedo en la mesita del café, el mesero se acerca para preguntarme si todo está bien y tan solo le pido la cuenta. Un suspiro prolongado, me encamino a mi auto después de dejar la cuenta liquidada y me dirijo a mi departamento para prepárame para el inicio de otra semana más.
El despertador suena a la hora habitual. Inicio como cada día de trabajo, evitando pensar en que es… bueno, lo que no tengo que pensar, decir, mencionar, considera ni imaginar siquiera.
-Es una locura, no sé porque le llaman paso exprés si es más lento que nada. Llevo más de 45 minutos sin avanzar siquiera 100 metros. ¿Qué se supone ocurre allá adelante?. Claxon, gritos, otros vehículos tratando de avanzar por al acotamiento. Pues para no ser…ese día, realmente ya me está estresando bastante. Voy a tomar la siguiente salida, no quería entrar a la ciudad, pero, esto nada mas no avanza. Cada calle, cada tramo es igual, trafico, congestionamiento y avanzar a vuelta de rueda. Ignoro porque se me ocurrió tomar el camino del mercado. ¡Ya, un hueco!. ¡Si le gano al..!. ¡Crash!. ¡No puede ser, no puede ser, no ahora, no!.
-Jovenazo, oríllese junto al puesto de aquí adelante.
- Lo que faltaba. Pero ni le di duro, apenas un pequeño llegue al rutero, ¡y fue el quien se aventó para no dejarme pasar!.
El oficial, observando la defensa del colectivo y hablando con el chofer que bajo al sentir el impacto para verificar el daño a su unidad (cual, ninguno, ni le paso nada).

-          No le paso nada compa, pero, si quieres que sigamos con el trámite, baja tu pasaje, orillate, tus papeles y aquí nos quedamos a espera los peritos. La cuenta de hoy ya ni la consideres.
-          Nel, ahí que muera, le pierdo más con lo que me dice jefe. Aborda su unidad y continúa con el vaivén del tráfico mortal de la ciudad.
-          Pues, ya te lo quite mi amigo, pero, tú si tienes que enfrentar las consecuencias.
-          Mire, no fue a propósito, usted vio que había un espacio y el rutero se aventó para no dejarme pasar. ¡Ni le di duro. No le paso nada!.
-          Pues si joven, pero lo que yo vi, fue que le pego. ¡Y el que pega paga!.
-          ¡Écheme la mano poli!, ¿no hay otra manera de arreglar esto?.
-          Pues…esta difícil joven, además, no estoy solo, esta mi parejita, que también lo vio y ya está hablando a las grúas ballenas para que se lleven su vehículo. Perece, deje lo consulto: ¡parejaaaa, parejitaaaa!. ¿Cómo ve pareja el asunto del joven aquí que quiere apoyo?.
-          Pues, no creo pareja. Ante todo, tenemos un deber con la ciudadanía, este uniforme, nos conmina a una conducta honorable, digna y libre de toda mancha y duda. Pero, ahora que si quiere y nomas porque se ve que es buena gente, pues, díganos y en la medida que nos apoye, lo apoyamos.
-          Si claro, entiendo, digo mientras saco la cartera y busco…
-          ¡Perece!, ¿qué le pasa?. ¿No ve que ahí enfrente esta la cámara?. Vamos atrás del puesto de periódicos para atender su asunto. Mientras, présteme su licencia y tarjeta de circulación.
-          Claro, sigo a los dos oficiales mientras me siento, más que estafado y burlado, caí redondito en el juego por tratar de ganar el paso y lo peor, ya no llego al trabajo, tenía esperanza de llegar tarde, con esto, ya es descuento del día.
-¿Ósea como joven?, ¿esto nada más?, ¿Qué no quiere que le apoyemos?. De grúa, multa, licencia vencida, daños a la moral, a la vía publica, al servicio colectivo…mínimo son como 15 mil joven. ¡Échele con ganas, sin miedo!.
- Trato de no mostrar mi indignación y coraje. Creo más me valía y salía más barato no salir de la cama y faltar al trabajo. Entrego una cantidad que ellos parecen estar de acuerdo, después de mostrar mi cartera y hacerles ver que vacía quedo. Me devuelven mis documentos y justo al hacerlo, un niño que pasa corriendo junto a  ellos se tropieza conmigo y mi licencia cae en una alcantarilla, observando como las aguas negras se la llevan en un santiamén sin darme tiempo de reaccionar ni hacer nada.
- ¡Uy que mala suerte joven!, ahora tendrá que hacer el trámite de su nueva licencia, no puede circular así. Parece que si tendremos que llamar a la grúa, pues no tiene licencia. ¡Ha!, pero ni hoy ni mañana hay servicio, ya ve que es feriado mañana y hoy están arregla no el sistema.
-  Lunes…¡¡¡arghhhh!!!


EDUARDO ROBLES, ¡No comí en una semana!


¡NO COMI EN UNA SEMANA!
Por 
Eduardo Robles
Morelos


No comí en una semana, después de un gran festín y charla con mi compadre, el banquete pasó factura. Un malestar impresionante, que sumado al mínimo espectro de dolor masculino, resulto del personal diagnostico de una infección en el riñón al veredicto del galeno que sentenció: una sencilla inflamación en el intestino.

Pero después de una semana a base de té y verdura, siento el deber de compartir mi experiencia. ¡Seguiré comiendo!, solo que ahora intentaré mesurarme con las grasas, los irritantes y los lácteos…. ¡vaya! que complejo, pero veamos que sucede.

El médico que me conoce desde recién nacido, me recomendó que sumado al buen comer, debo también dejar un poco la cuadratura de mi vida. Así que he decidido romper la rutina, ¿cual rutina?, simplemente toda aquella que en lugar de sumar,  resté.

Por ejemplo: despertar después de un sueño reparador, tomar una buena ducha con música de mi gusto, dar un paseo por las calles de mi Ciudad… en fin, tantas cosas simples qué más allá de ser costosas, son exquisitas para el alma.

  

DANIEL ZETINA, Vasectomía, ¡!ya


VASECTOMÍA, ¡YA!
Por
Daniel Zetina
@DanieloZetina
Querétaro

Tuve la fortuna (por mis circunstancias) de decidir mi paternidad. Pensé con claridad si quería hacerlo, cuándo, dónde y cómo. Fue una gran experiencia ser padre, al inicio, que con los años solo ha mejorado. Puedo decir que, a pesar de ciertos momentos de incertidumbre, ser padre es una de las mejores decisiones de mi vida. Quienes me conocen, saben por qué.

No profundizaré acerca de mi visión de la paternidad. Tampoco abordaré las razones específicas (pensadas años antes de hacerlo) por las que decidí practicarme la vasectomía. Me interesa compartir mi visión acerca de las condiciones, los beneficios y algunas implicaciones respecto de ello.

Para comenzar, debo declarar que la vasectomía fue una decisión personal, antes que de “pareja”; fue una acción que tenía que ver más con mi ideología, que con mi necesidad de “cuidarme” para no reproducirme más. Es absurdo querer “cuidarse” de ser padre, porque como ya lo dije, creo que debe ser una decisión consciente.

Entonces, es una medida que partió de mi yo, y que tiene que ver casi 100% con mi sexualidad, no con la de nadie más. Es decir, decidí ni procrear más, no volver a parir, “cerrar la fábrica de bebés” como dicen las abuelitas. ¿Por qué? Me pareció suficiente la experiencia de ser padre una vez.

Tener hijos es una responsabilidad, aunque no lo parezca, por el gran porcentaje de padres y madres que abandonan a sus hijos o los dejan “encargados” con abuelos cansados y anacrónicos, que no hacen más que maleducarlos, creo yo. Y parir es una responsabilidad que debe ser compartida, por la pareja que lo haga (yo soy heterosexual y monógamo).

Así, una hija, una sola, ya es una hermosa y gran responsabilidad, para con uno mismo, la sociedad, dios, la familia, etcétera. Si puedes encargarte bien de una persona que estará bajo tu tutela, hazlo lo mejor posible. Uno a la vez o uno por siempre. Hacerlo bien. Eso he pretendido. Y me parece que con una es suficiente.

Ignoro por qué actualmente las parejas o mujeres u hombres de mi generación tienen varios hijos, hasta seis. En la mayoría de los casos me parece una exageración, quizás debida a la necesidad de autoafirmación o cariño o por cumplir con los mandatos de la vanidad. No lo sé. Mis respetos, pero no me parecen, por las experiencias que he conocido, algo responsable ni deseable.

¿En qué beneficia la vasectomía? Seguramente hay libros escritos al respecto. Yo puedo decir que es saludable desde el punto de vista sexual y reproductivo; permite enfocarse en la crianza de forma asertiva, planeada y luminosa; beneficia la responsabilidad personal y de pareja (y evita la irresponsabilidad del abandono y otras brutalidades de la paternidad-maternidad actual); y en términos generales sus consecuencias terminan siendo un factor de bienestar social.

¿Por qué los hombres no la hacen a pesar en muchos casos de vociferar que “no quiere tener hijos” o ya han parido suficientes? Desde mi punto de vista, es por irresponsabilidad, muchas veces debida al machismo que impera en nuestra sociedad.

¿La recomiendo? Corra a hacer fila para que se la hagan o lleve de la mano a su esposo (o pareja) como un acto de amor hacia la humanidad. En este mundo no hace falta más gente, sino que se necesita, como dijera el famoso adicto en youtube, “amor, comprensión y ternura” y la vasectomía eso es. Se lo vamos a agradecer.

Por último, parir no es la única forma que existe para criar a más niños, existe la adopción (otro gran tema), compartir crianza con una pareja que tenga su propio crío, ser guía para sobrinos o ahijados… incluso la docencia, que puede ser, con sus asegunes, una variable de la paternidad. Gracias.



PEDRO OSEGUERA, Siempre que estamos frente a frente



SIEMPRE QUE ESTAMOS FRENTE A FRENTE
Por
Pedro I. Oseguera
Morelos

En el crepúsculo de la tarde que envejecía
me congratulé con el brillo de tu mirada
como veía toda esa ternura
que entre los dos se ha hecho presente
siempre que estamos frente a frente
buscando de la palabra amor definiciones.

Y en esas primeras estrellas
que asomaban en el firmamento
cuando recién se ocultaba el sol
busqué junto contigo la que más brillaba
para contarte todo lo que te quiero
desde ese primer día que nos vimos.

La vida se vive solo una vez
hay que aprovechar las oportunidades
quien se duerme en sus laureles suele perderse
de lo bello que es amar sin pedir nada a cambio
por eso junto a ti, quiero ser complemento
de ese hermoso sentimiento.

Y la vida se parece a los trenes que van solo de pasada
si no lo abordas antes de que reinicie su andar
puedes quedarte a la espera de algo que quizás nunca llegue
por eso quien se queda a la expectativa de nuevas ocasiones
puede perderse para siempre del amor
y de esos besos que esperaban el momento más oportuno.

Por eso si de tu bella mirada
me hice cómplice de la alegría
cada mañana que somos partidarios
del milagro más extraordinario
somos coparticipes de la vida y sus consecuencias

de todas esas risas que por añadidura nos acompañan.

MIGUEL IZQUIERDO, Dosis de humildad


DOSIS DE HUMILDAD
Por
Miguel Ángel Izquierdo Sánchez
Morelos

Mi madre anda en 92 años, goza de mejor salud que sus cinco hijos e hijas y su memoria supera la de los cinco juntos. Casi lo único que la divierte es jugar baraja, para lo que está lista a cualquier hora del día. Su cara se alegra apenas se entera de que nos preparamos para hacerlo.
Su pensamiento al jugar es estratégico: combina aprendizajes de tantos años de juego que nos obliga a estar atentos durante las partidas. Le encanta ganar y ganar sonadamente. Seguido nos receta cadenas de derrotas, a cuantos nos atrevamos a retarla en el juego. Solemos decir que quien sea orgulloso, con ella se le ha de quitar. Quien quiera jugar con ella, ante todo deberá estar dispuesto a perder mientras aprende, o si ya sabe, a aprender más, perdiendo.


En esta casa tomamos, continuamente, nuestras dosis de humildad.