lunes, 5 de junio de 2017

EL GÜERO KARL, Recordándote, Fidel


RECORDÁNDOTE,  FIDEL

Por
El Güero Karl 
Morelos


“Camaradas, la Historia no juzga a nadie, lo hacen l@s human@s”.

Y esta semana ha muerto el último gigante zurdo, ha muerto Fidel Castro. En medio de grupos a favor o en contra de nuestro más grande referente latinoamericano de la izquierda, se levanta de nuevo la voz de La Revolución en Cuba. Ya no para vitorearla, sino para despedirla. ¿Ha muerto La Revolución?

No importa si tú piensas que está bien que haya muerto nuestro Comandante; no importa si estás hoy defendiendo a capa y espada las contradicciones y entredichos sobre Fidel que siguen siendo lavados muy lejos de nuestra comprensión en las costas de la isla.

Latinoamérica está de luto. Ha muerto el rostro del socialismo latinoamericano, se nos fue entre pelotas de béisbol y humo de habanos el hombre que era pueblo. El singular que habrá de ser siempre un plural.

La izquierda latinoamericana ha muerto, y nos pone en una encrucijada, porque a pesar de que desde hoy, en carne está muerto, nuestro Fidel nos sigue enseñando cómo hacer La Revolución; es momento de repensar la política mundial, desde los espacios más particulares hasta los más generales. Es momento de que pensemos en Nuestra Revolución.

Qué gran momento para despedirse de nosotr@s, mi Fidel. Nos abandonas, suena patético para un revolucionario; en cambio, hoy nos pones a prueba para ver si nuestras alas son fuertes para continuar con este, nuestro proyecto.

Trump no era tu enemigo, es el nuestro. Y contigo hemos aprendido a alzar la voz para denunciar las injusticias y los abusos. Contigo aprendimos que no hay que temerle al enemigo ni aun estando frente a él. Aprendimos que hay que ser fuertes ante las adversidades; que las refacciones no se necesitan si hay ingenio, que el valet es primero y luego el cerdo y el arroz. Entendimos que el hambre no duele si compartes tu pan con tus prójim@s.

Pero hoy ya no nos das lecciones, Fidel.  Parece que hoy tendremos que empezar a construir cambios sin ti.

Me despido de ti, Comandante, porque no es el estar a favor de tus ideales o en contra de ellos, en lo que recae tu importancia magnífica. Lo que hace que seas una pérdida igual de gigante que tu estatura, es el hito histórico que lograste ser para nuestra América. La que tú recuperaste para l@s cuban@s, pero que no tod@s hemos podido recuperar. Contigo muere la política latinoamericana como la conocemos. Tenemos trabajo qué hacer. La Revolución no ha acabado. La esperanza no termina con el aroma a metralla, sino con el de bonanza.


“¡Hasta la victoria, siempre!”

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