lunes, 5 de junio de 2017

EDUARDO ROBLES, La gran alianza

LA GRAN ALIANZA

Por
Eduardo Robles
Morelos

Una semana más, otra raya al tigre. Es raro que escriba desde la oficina pero el momento me pareció oportuno para echar chisme con mi único lector. Nuevamente enfermo ahora fue la llamada “ciática”, un dolor que no le deseo ni al peor de mis enemigos, me mantuvo en cama y en casa un par de días hasta ayer que tuve que volver a la rutina.

En estos días he dado vueltas al tema político, a la gran alianza PRD-PAN para hacer frente al PRI o a Obrador, y pensé que conforme ha crecido nuestra democracia no ha logrado madurar. Los políticos cada vez son más voraces y la ciudadanía más clientelar, ambos juegan con dos banderas: los que mandan juegan a ser ciudadanos y los ciudadanos juegan a ser críticos del sistema; y al final se engañan a sí mismos.

La política se ha desvirtuado convirtiéndose en una empresa generadora de capitales económicos para sus gerentes y consejos de administración, olvidando el sentido de ser garantes de las condiciones óptimas para el desarrollo de la vida en comunidad. Y los ciudadanos han olvidado que son los políticos los que representan su voz y sus necesidades, la gente se ha acostumbrado a extender la mano pidiendo o mentando madres buscando un culpable.

Para mi la gran alianza no es sinónimo de cambio sino de retroceso, de permitir que los mismos sean los que decidan. La gran alianza es la mezcla de lo malo con lo peor, la verdadera alianza es de la gente con la gente.


MIGUEL A. IZQUIERDO, La bella Louisiana

LA BELLA DE LOUISIANA

Por
Miguel Angel Izquierdo Sánchez
Morelos

Dorothy era la más glamorosa compañera de nuestro grupo y quizás de toda la Universidad de Tulane. Su altura era perfecta para que  brillaran en ella largos y estilizados aretes y gargantillas, anillos y pulseras. Contrastaba sobremanera su ropa chic con los decolorados jeans y con las desplanchadas playeras del resto del grupo.  Y por si eso fuera poco, llegaba a diario en un coche deportivo convertible, en el que parecía volar desde su plantación, ubicada por los prósperos campos irrigados de Louisiana. Sólo otros dos estudiantes de esa universidad privada con 5,000 alumnos tenían un auto parecido.

A la distancia, por su porte, en coche o a pie, hacía pensar en una despampanante artista hollywoodiense, sujeto y objeto de adoración y deseo.

Aquilatarla era asunto que se complicaba en la cercanía. Así como la engalanaban estilizadas y valiosas joyas, poseía unas desventuradas manías: estiraba indiferente los resortes de sus sostenes, a la altura de los hombros, de sus delicados omóplatos o de sus perfectos pechos, y los soltaba produciendo unos escalofriantes chasquidos que desangraban a la más firme erección.  Era tanto como desterrarnos de nuestro estado contemplativo, con latigazos sobre las niñas de nuestros ojos.

Si estaba sentada tomando clases, cruzaba la pierna y no cesaba de rascarse la cabeza con bermellones uñas que salían de sus manos de mármol.  Nos atormentaba la duda: ¿habría liendres en su sureña mansión de caoba? 

Solitaria, difícilmente se dignaba platicar con nosotros, dándonos trato de inermes como mancos sauces llorones, emergentes entre la neblina de los pantanos. Ni siquiera lo hacía con las jóvenes de su edad, acaso por no tener su alcurnia, o ni siquiera una minucia de sus productivos acres.  Prefería gastar la saliva necesaria para mantener una conversación, mascando desde su llegada un vulgar chicle, hasta su desaparición en el horizonte, con su mascada color índigo al aire, más allá del Mississippi.

Entraba al salón como salía, sin saludar ni decir adiós.  ¿O significaban eso los gestos que se le adivinaban cuando veloz giraba su rostro para ubicar un asiento, claramente apartado de nosotros?

¿Cómo no le dieron siquiera un copo de algodón, de los millones de quintales cultivados en su hacienda algodonera, para suavizar sus modales? 

EDGARY VÁZQUEZ, ¿Felices vacaciones?

¿FELICES VACACIONES?
Por
Edgary Vázquez
Morelos

         No sé bien como ocurrió, simplemente, sucedió. Me encontraba en la antesala de un viaje en avión a uno de los destinos turísticos por excelencia: una playa. Bronceador, bañador, lentes de sol, toallas… en fin, lo necesario y típico para unas vacaciones muy merecidas y placenteras,  además de haber pedido dos días a cuenta de vacaciones de fin de año en la empresa para llegar antes que los demás y no estar tan atascado el destino; vamos, jueves y viernes es típico que todos viajen, y si lo hacía desde el lunes en la tarde, para aprovechar un par de horas más, era, un plan simplemente brillante.

         No sólo eran los nervios de ir a una playa desconocida, en un lugar que nunca había visitado con mi novia, en un viaje que pintaba para ser inolvidable. Ya me había enseñado el biquini que usaría y era algo que quitaba el aliento, ¡y dejaba muy poco a la imaginación!

¡Qué nervios! No se lo dije, pero era mi primera vez en un avión. Las manos me sudaban de la emoción, la sensación, imaginarme lo bien que la pasaríamos… el vuelo, la turbulencia, el despegue… ¿Pero, qué? Pensé nos sentaríamos juntos, abrazados, ella tomando mi mano, disfrutando el vuelo. ¿Una equivocación? Vi como la sentaban un par de lugares lejos de mi yo, junto a un tipo de dos metros, que se ve le entraba con ganas al gym (o a los esteroides); moreno con ganas, como si fuera del continente africano.

Ella me calmó lo mejor que pudo y me dijo que sólo era un lapso de tiempo muy breve, que después del viaje, disfrutaríamos los dos todo el tiempo juntitos.

-       Tú aguanta esto amor, y al llegar, te daré una sorpresa que te gustará mucho con mi traje de baño, en la playa, para que estés de travieso.

 La sola idea de esta promesa logró que me calmara un poco, tomé mi lugar junto a la ventanilla y traté de pasarla lo mejor posible.

El vuelo, el despegue… se siente morir este momento, me aferré con las uñas al asiento, cerrando los ojos y rezando a todos los santos que esto pasara lo antes posible y el avión no estallara ni se derrumbara. Por fin pasó… solo quedó esta sensación en el estómago de sentirlo todo revuelto…

Traté de controlarme y no pude, ¡no podía! Refresco, algo de botana y no lograba calmar el malestar. Miré a mi lado y mi compañero de viaje roncaba dormido. Con la cara de pocos amigos que se cargaba, ni loco de despertarlo. ¡Dios! ¡Ya no aguantaba! Me tapé la boca con la mano para evitar ahí mismo hacer una tontería. Traté de pasar sin despertarlo, de la forma más cuidadosa posible. Una bolsa de aire, sacudida del avión y…. ¡lo inevitable ocurrió! Mi estómago no aguantó más y lo del desayuno, comida y cena del día anterior, supongo, salió de manera abrupta y sin control de mi ser; sólo sentí las sacudidas sin control de mi cuerpo que se negaba a detenerse.

Exhausto, sudoroso y con los ojos llorosos, en las rodillas del corpulento pasajero, quien lentamente abría los ojos para mostrar una mueca de disgusto al notar lo que había ocurrido, mientras yo, con un pañuelo y una servilleta que tenía a la mano, le intentaba limpiar su ropa, disimulando… esperando lo peor… sólo atine a decir:

-       Espero que ya se sienta mejor mi amigo, ya, ya pasó… Y justo ahí supe, que los planes cambiaban drásticamente por una visita inesperada al hospital en 3, 2…


EL GÜERO KARL, Recordándote, Fidel


RECORDÁNDOTE,  FIDEL

Por
El Güero Karl 
Morelos


“Camaradas, la Historia no juzga a nadie, lo hacen l@s human@s”.

Y esta semana ha muerto el último gigante zurdo, ha muerto Fidel Castro. En medio de grupos a favor o en contra de nuestro más grande referente latinoamericano de la izquierda, se levanta de nuevo la voz de La Revolución en Cuba. Ya no para vitorearla, sino para despedirla. ¿Ha muerto La Revolución?

No importa si tú piensas que está bien que haya muerto nuestro Comandante; no importa si estás hoy defendiendo a capa y espada las contradicciones y entredichos sobre Fidel que siguen siendo lavados muy lejos de nuestra comprensión en las costas de la isla.

Latinoamérica está de luto. Ha muerto el rostro del socialismo latinoamericano, se nos fue entre pelotas de béisbol y humo de habanos el hombre que era pueblo. El singular que habrá de ser siempre un plural.

La izquierda latinoamericana ha muerto, y nos pone en una encrucijada, porque a pesar de que desde hoy, en carne está muerto, nuestro Fidel nos sigue enseñando cómo hacer La Revolución; es momento de repensar la política mundial, desde los espacios más particulares hasta los más generales. Es momento de que pensemos en Nuestra Revolución.

Qué gran momento para despedirse de nosotr@s, mi Fidel. Nos abandonas, suena patético para un revolucionario; en cambio, hoy nos pones a prueba para ver si nuestras alas son fuertes para continuar con este, nuestro proyecto.

Trump no era tu enemigo, es el nuestro. Y contigo hemos aprendido a alzar la voz para denunciar las injusticias y los abusos. Contigo aprendimos que no hay que temerle al enemigo ni aun estando frente a él. Aprendimos que hay que ser fuertes ante las adversidades; que las refacciones no se necesitan si hay ingenio, que el valet es primero y luego el cerdo y el arroz. Entendimos que el hambre no duele si compartes tu pan con tus prójim@s.

Pero hoy ya no nos das lecciones, Fidel.  Parece que hoy tendremos que empezar a construir cambios sin ti.

Me despido de ti, Comandante, porque no es el estar a favor de tus ideales o en contra de ellos, en lo que recae tu importancia magnífica. Lo que hace que seas una pérdida igual de gigante que tu estatura, es el hito histórico que lograste ser para nuestra América. La que tú recuperaste para l@s cuban@s, pero que no tod@s hemos podido recuperar. Contigo muere la política latinoamericana como la conocemos. Tenemos trabajo qué hacer. La Revolución no ha acabado. La esperanza no termina con el aroma a metralla, sino con el de bonanza.


“¡Hasta la victoria, siempre!”

PEDRO OSEGUERA, El corazón le dijo al amor

EL CORAZÓN LE DIJO AL AMOR
Por
Pedro Oseguera
Morelos

El corazón le dijo al amor nunca dejes de amar
la vida hay que vivirla dentro de la alegría
la misión principal es
que antes de morirse
hay que vivir la vida un poquito
no hay que abstenerse de eso.

El corazón le dijo al amor 
hace tiempo que no das un beso enamorado 
quizás para eso no hay que ir tan de prisa
lo importante es que siempre nos gane la risa
estoy aquí, cerca de ti
para llegar juntos al fin.

El corazón le dijo al amor
evita pasar por el boulevard de los sueños rotos
no tiene caso atentar contra la felicidad
y mucho menos complicarse la existencia
en este camino en donde reina la paz
y sobre todo la ternura que emana de tu linda mirada.

El corazón le dijo al amor, segundo que se va no regresa
la vida se vive solo una vez y no tiene reversa
por eso siempre trata de vivir sin preocupaciones
que lo único que te inquiete sea el sol de cada amanecer
el caminar de tu mano provoca bellos atardeceres
sentirte presente provoca que nazcan nuevos planes.

El corazón le dijo al amor siéntete en confianza
si te enamoras que sea a la segura
cuídate de las olas en alta mar si es que te sientes inseguro
no vayan a dejarte vacío de todo ese cariño
que se ha fortalecido en cada uno de nuestros abrazos
al amparo de más de un te quiero.


ALBERTO PANNA, Mi encuentro con la Trevi

MI ENCUENTRO CON LA TREVI

Por 
Alberto PANNA
Morelos


Felicito a Gloria Trevi por los adversarios que se ha hecho y creo que ahí, en su actitud, está la clave de su posición actual”. – Carlos Monsivais
“No se pueden explicar los 90’s sin Gloria Trevi”. – Guadalupe Loaeza

Era el año de 1991, lo recuerdo como si hubiera sido apenas hace un mes, y en la televisión se transmitía el siempre memorable programa “siempre en domingo”, y yo jugaba con un rompecabezas de cachorros que me habían regalado, no recuerdo quién pero fue, creo, por el día del niño, ¡qué más da!

Entonces de pronto empezó a entonarse la melodía inconfundible de el “pelo suelto”, ni siquiera escuché cuando don Raúl Velasco la anunció, sólo volteé la mirada hacia la televisión y la vi, y supe que desde ese momento sería mi favorita. Le pregunté a mi mamá cómo se llamaba aquella mujer y lo dijo con todas sus letras: Gloria Trevi.

A mi papá no le gustaba tanto pues como muchos, decía que estaba loca; mi mamá sí simpatizaba con su música pero trataba de limitarme en verla y escucharla, más que nada por el contenido de sus letras; no era común en ese entonces que en televisión abierta o en la radio alguien cantara sobre temas muy polémicos en la época: la virginidad, la rebeldía ante “un sociedad hipócrita”, como ella, la Trevi, le llamaba; la casa chica, el novio que no es bien visto por los padres, las calificaciones, la independencia de los hijos, pero sobre todo ¡la libertad sexual femenina!

En fin, con el paso del tiempo fui conociéndola, ¡y cada vez me gustaba más y más! Luego descubrí que no era el único y que en la calle había gente que hablaba de ella; ya para el año 1993 estaba considerada como un fenómeno socio-musical si se vale el término; ella misma se decía la vaca de 5 patas cuando le decían que era un fenómeno. Irreverencias hacia muchas, pero creo que la más relevante fue decir que quería ser presidenta de México… ¡Qué bueno que no!

Cuando el escándalo que truncó su carrera ocurrió, yo no daba crédito, a la fecha no doy crédito de muchas cosas… Creo que de nadie se ha escrito y dicho tanto como de ella, y creo que al final de cuentas la única que sabe lo que ocurrió es ella y el que en ese entonces era su representante. El tiempo pasó y recuperó su carrera artística evolucionando musical y vocalmente, y en la manera de componer canciones. Me atrevo a decir que se convirtió en una señora que canta. Su ascenso se debió en mucho al apoyo que brindó a la comunidad gay, y creo que la misma comunidad también fue parte importante en la recuperación de su carrera.

Ya en los cuernos de la luna por segunda vez, imparable y como en los 90, sin nadie que le hiciera sombra, ofreció un concierto aquí en Cuernavaca en el 2009, ¡y tómala! Cuando me enteré que venía, no bueno, moví la tierra (por que el mar y el cielo si está más complicado) y conseguí estar en segunda fila (no en primera por que los altos mandos no dejan jajaja); ¡era la primera vez que la vería en persona y cantando!  ¡Tonto de mi! Entré en shock, lloré y disfruté sin imaginar lo que sucedería años después.

Era el 2015 cuando volvió a venir (antes vino en 2 ocasiones) y los preparativos estaban listos para volver a estar lo más cercano posible al escenario. El concierto transcurrió en eufórica paz y al final cuando ya se iba y después de millones de señas que le propiné me llamó al escenario para poder abrazarla… ¡Ese momento está grabado en mi mente y en mi corazón para la eternidad! Muchos me envidiaron, otros me odiaron y muchos se alegraron junto conmigo. Mi mamá casi se desmaya cuando le conté y yo pues qué les digo… ¡estuve que no podía de la felicidad durante meses!

Después de eso parece que la vida se encargó de recompensarme pues pude volver a besarla y abrazarla en 3 ocasiones más, y pues obvio que he asistido a más conciertos… ¿y saben que es lo que también me ha encantado de esto? Conocí mucha gente y ha habido quién se ha ganado un lugar muy especial en mi corazón (¡mis trevilanders!). ¡Grandes amistades surgieron a raíz de mis encuentros con La Trevi!

Hoy parece ser que está de moda y creo que más fuerte (en todos los sentidos) que la que era antes de caer. No soy un fan empedernido ¿eh? Tengo otros gustos musicales también, pero mi cariño y admiración por Gloria Trevi ¡es genuino! Por cierto, ¿ya escucharon las canciones que grabó con Alejandra Guzmán?  ¡Están buenísimas!

Todos tenemos un vicio o adicción para bien o para mal, ¡el mío ya saben cuál es!

Soy Alberto Panna y no, ¡no tengo representante!

www.facebook.com/alberto.