CALAVERA PARA HOMBRES EN SU TINTA
Por
Mario Edgary Vázquez López.
Morelos, México.
Estaba
la calaca flaca
esperando
su fecha soñada
impaciente
y desesperada
por
llenarse de nuevas almas.
Se
deleita la parca con el pan y la comida del lugar
que se
coloca en la ofrenda sin faltar
en esta
época del año
por la
presencia de algún desencarnado.
Ya sea
en Michoacán, Ocotepec o Tepoztlán
la
tradición no cambia mucho en su actuar
que se
hace presente en cada hogar
en donde
un ser querido ha partido al más allá.
Se
acerca la muerte a un monitor
observando
el trabajo inconcluso del autor
que lo
trataba de terminar
sin
imaginar que su vida no daría para más.
Lee la
huesuda estos escritos
que son
trabajados por estos muchachillos
y ríe
con ganas de forma macabra
al
saber que ya de todos su hora está marcada.
Empezaré
por Danae por ser quien lo propició
como
autora intelectual de esta peculiaridad
y así
uno por uno todos los demás caerán
dejando
a sus lectores en la ignominia total.
No se
enternece la parca por sus grandes momentos
que
presentan estos humanos a través de sus cuentos
ni de lo
que disfrutaron en vida con sus familias
gozándola
y divirtiéndose cada vez que podían.
Fotos
de lugares y sitios visitados
son
momentos que ya pertenecen al pasado
pues es
ahora y sin demora
que
esta infeliz se los lleva sin amargura.
No
importa el llanto, el dolor o los reclamos
menos
que la quieran sobornar con escritos por su legado
nuevas
y frescas almas la huesuda ha cosechado
siendo
los flamantes y recientes inquilinos del campo santo.
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