¿QUIÉN NO TIENE MIEDO DE MORIR?
A LAS FAMILIAS QUE NO DEJAN DE LUCHAR.
UNAM, 03 DE SEPTIEMBRE 2018
Por
El Güero Karl
Morelos
@Güero Karl
Compa, yo te vi correr.
Nos abandonaste. Dejaste que
nuestros cuerpos se convirtieran en jirones irreconocibles.
Te fuiste sin importar los gritos
desesperados de tus camaradas.
La tropa que te acompañó, que
elevó sus gritos en coro a los tuyos.
Dejaste que tus compas más
jóvenes fueran brutalmente humilladxs.
Yo vi cómo te
"replegabas" para ponerte a salvo, cuando a dos de lxs nuestrxs les
clavaban las puntas en sus almas.
Yo escuché tus gritos
desesperados entonando un Goya insalvable contra aquellos de quienes nació.
Un Goya contra aquellos que nos
mataban.
Yo fui espectador y víctima de la
violencia y del terror; de la sangre y del fuego.
Pude ver el miedo que nacía en
tus ojos y se convertía en aliento de la huída, vi como tus banderas y tu lucha
se desmoronaban a cada golpe que recibimos a quienes nos abandonaron.
"Antes de que nos
olviden" fue la frase que retumbó en mi cabeza al sentir las incontables
patadas que recibí por intentar resistir y acompañar a mi tropa.
Pero no te juzgo, mi compa.
Entiendo tu miedo, entiendo tu
huída, nos han acostumbrado a correr, a escondernos cuando algo nos atemoriza.
Y siempre son ellos los que nos atemorizan.
Nos alejan del grupo para
convertirnos en pedagogía.
"Esto te va a pasar a ti si
continúas en tu lucha".
Yo también tuve miedo, dudé en si
quedarme contigo, dudé en si acompañarte en tu marcha, dudé en si faltar a mis
clases.
Y me cansé de dudar. Me lancé a
gritar contigo, a poner mi cuerpo junto al tuyo, a defender tu cuerpo para
compartir los golpes.
Me cansé de saber nombres
victimizados:
Lesvy, Miranda, Naomi, Joel,
Emilio, Carlos, Mariela; nombres y nombres de mi gente vestida de verde olivo.
Voces que viven en la mía siempre
que les nombro.
¿Cómo iba a abandonarles a
ustedes si todo el tiempo lo hemos hecho?
Aprendí a tener miedo, igual que
tú, a sentir el frío en mi espalda y salir huyendo.
Pero me cansé de eso, de ver a mi
gente herida y humillada.
Y hubo fuego en mi interior que
me dijo: Resiste.
Que sepan que éramos tantxs, y
que no supieron esperarnos, no buscaron rescatarnos, por ese maldito enemigo
que se llama miedo. Miedo a ser tú y no otrx.
¿Agradeces cada mañana no ser
parte de los 43? ¿No ser una estadística más?
Pero al miedo se le combate, se
le enfrenta, camarada. No te olvides nunca, que por miedo hemos perdido a
nuestra gente.
Sin embargo, no te apures que si
yo te veo en una marcha, que si yo te veo en una lucha, hinco mi rodilla junto
a la tuya, tomo tu mano y resistimos juntxs.
Y si no salimos de ahí porque
nuestra tropa nos ha olvidado, no me llores y mejor lucha, lucha, lucha, y no
dejes de luchar.
Gracias Karl por el testimonio y postura, nos falta saber tanto de esos porros y cómo es que vuelven a aparecer tras decenios...y cómo nuestros miedos les hacen resurgir...
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