miércoles, 3 de enero de 2018

FELIPE DOMÍNGUEZ, ¿Es necesaria la Ley de Seguridad Interior?


¿ES NECESARIA LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR?

Por
Felipe Domínguez
Morelos

Sin duda lo que los mexicanos queremos y aspiramos a tener un país con tranquilidad y paz social, tema muy escabroso para Tirios y para Troyanos, mientras unos nos manifestamos que se aplique toda la fuerza de la ley incluyendo las fuerzas armadas ,o sea ¡¡¡militarizando al país!!! otros definitivamente nos declaramos en una actividad de paz buscando acuerdos y construyendo el clima al que todos aspiramos, ambos caminos buscan el mismo fin, aunque quienes hoy detentan el poder se inclinan a seguir convulsionando al país para acabar con el derramamiento de sangre, con más sangre, México tiene miedo, tiene hambre.

¿En recientes días se ha estado cocinando entre las dos cámaras del Congreso de la Unión la aprobación de la LEY DE SEGURIDAD INTERNA, espero que los diputados federales, senadores, congresos locales y  cabildos municipales asuman con responsabilidad social e histórica de los que acontecimientos que se susciten a raíz de la aplicación de la ley en comento, en la que se considera darle más poder de intervención al ejercito con el pretexto de tener mejor control sobre la delincuencia organizada y de esa manera ir acabando con este cáncer social, será realmente el remedio? ¿Recuerdo que ese era el objetivo de LA GENDARMERIA misma que se anunció con bombo y platillo que por fin se había constituido (y con muy buen presupuesto) un brazo armado de la ley eficiente y eficaz y vemos lamentablemente que fue o es un rotundo fracaso, vale la pena militarizar al país?

Dentro de la mencionada ley se está considerando que las manifestaciones y mítines de protesta con tintes de violencia serán motivo de sanciones y castigos (la calificación de violentas estará al albedrío de las autoridades) lo que generaría en una represión a la libre de manifestación de ideas y un cruel atentado al derecho humano a manifestarse. (No faltaran los agitadores profesionales que saboteen las manifestaciones y las tiñan de violentas) y por consiguiente las manifestaciones caerían de acuerdo a la conveniencia de gobierno en turno.

Ahora, a escasos meses de las elecciones dejaría esta reflexión que papel jugará el ejército en las posibles manifestaciones de inconformidad, si su ungimiento legal es en “otro sentido”.

Por otra parte, Andrés Manuel López Obrador manifiesta analizar y valorar un cambio de estrategia para acabar con el derramamiento de sangre, con una hipotética amnistía para los delincuentes, una amnistía no es de facto un perdón total, es una revisión de casos donde haya la posibilidad de avanzar hacia la paz y seguridad ciudadana, porque argumenta con conocimiento y hechos que a 12 años de enfrentamientos entre el gobierno y la delincuencia organizada, lo único que a resultado es más derramamiento de sangre, a un año de salir el actual presidente (ni poner su nombre) ya se superaron las cifras de secuestros, asesinatos y robos que  dejo Felipe Calderón, luego entonces cabe la reflexión “ la actual estrategia es la adecuada? ¿Combatir el derramamiento de sangre con más sangre? ¿Vale la pena cambiar la estrategia?

Sin duda Gandhi dijo con gran acierto OJO POR OJO Y EL MUNDO QUEDARÀ CIEGO.

Estamos ante el umbral de una de las más competidas elecciones de nuestra historia, por primera vez existe un real peligro de que el poder se vaya de las manos de los dos partidos que han gobernado después de la Revolución Mexicana el PAN Y EL PRI a tal grado de estar haciendo lo posible de alianzas entre el agua y el aceite, aunque dudo si alguna vez fueron agua y aceite (PAN Y PRD).

Recapitulando, una posición es seguir con el enfrentamiento, que la ciudadanía siga expuesta a la violencia y a más derramamiento de sangre con las mismas acciones solo conseguiremos los mismos resultados y con los agregados que a rio revuelto ganancia de pescadores, aunque debiera decir ganancia de políticos corruptos. (Los pescadores que culpa tienen)

La otra posición es la posible amnistía con sus respectivos candados y valoraciones a los miembros de la delincuencia organizada, que, de un rumbo diferente a nuestro país, con la posibilidad de regresar a la seguridad ciudadana y a la tan añorada paz social.

La primera opción es de sanciones y castigos a un alto precio, la segunda opción es de diálogos, análisis, valoraciones para construir un cambio, pero en muchos casos se omitiría la aplicación de la ley a cambio de paz y seguridad, ante estos escenarios me atrevo a proponer una tercera opción que no agrede, que no perdona pero que exige mucho trabajo, honestidad y empatía social. No ataquemos la oferta, ataquemos la demanda, impulsemos una verdadera transformación de la educación con más y mejores escuelas, impulsemos el deporte para una Juventud sana y propositiva con más y mejores centros deportivos, erradiquemos la pobreza no con más programas asistenciales si no con más empleo y mejores salarios para poder llevar una vida digna y saludable para que de esta manera podamos alejar a la Juventud de los vicios y la delincuencia. Es la opción más difícil pero no implica, sangre, perdón, ni indulgencia, solo puede traer la paz, la seguridad y una mejor vida de los hoy más de 40 millones en pobreza extrema en nuestro país.

Ahora los más difícil, un verdadero combate a la corrupción que impera en los tres niveles de gobierno y no burdas y vergonzosas simulaciones como hasta la fecha se vienen ejerciendo, no necesitamos más leyes las que tenemos son suficientes, basta con que se apliquen a todos los que las violen, sean quienes sean, porque la impunidad a dado lugar a la corrupción y al crecimiento de la delincuencia.

Hoy la honestidad está muy lejos y se ha mal utilizado tanto, que ha perdido su real valor.


Basta de políticos que se hacen millonarios a costa del erario, del enriquecimiento ilícito, del tráfico de influencias, de los huachicoleros de cuello blanco que son los que prohíjan el robo de combustibles y muchos más basta.